- La costa guerrerense se ha convertido en uno de los destinos favoritos de muchos por la gran variedad de actividades que ofrece
Hay lugares que nos enamoran y cada que pensamos en una escapada de fin de semana o en vacaciones, viene a nuestra mente ese destino y lo bien que nos la pasamos. Parte de ello es que son sitios tradicionales, que tienen puntos clave en los que cualquiera se divierte y, lo mejor, es que ya son conocidos y se evitan sorpresas durante el viaje.
El 53% de los viajeros mexicanos reveló en una encuesta de Booking.com*, que, al momento de elegir un viaje, buscaban un destino tradicional; mientras que un 32% se orienta por un lugar tendencia; y un 14% una zona cuyos precios no fueran altos.
Y entre los destinos icónicos, tradicionales, en tendencias y económicos, resaltó Acapulco, seguido de Puerto Vallarta, Ciudad de México, Chiapas y Guanajuato. Sin embargo, ¿qué es lo que convierte a la costa guerrerense en un clásico vacacional?
Punta Diamante y La Quebrada son dos de los sitios más representativos de Acapulco, pero más allá de estos imperdibles, hay algunas tradiciones que vale la pena no pasar de largo la próxima vez que se visite, por ejemplo, el carnaval que se celebra en el mes de febrero donde la música y los colores sobran. O bien, en su feria artesanal y ganadera en noviembre, cuando locatarios se dan cita para mostrar sus mejores creaciones y productos con el fin de enamorar a los turistas, las más especiales son las de plata y muy populares en Taxco.
Y si de sabores hablamos, los guerrerenses se llevan las palmas con sus pescados a la talla y los ceviches de mariscos que se antojan con tan solo imaginarlos. Por supuesto que hay platillos aún más tradicionales como el pozole, cuya cuna es Guerrero y para muchos es sinónimo de fiesta y familia.
En resumen, Acapulco tiene un poco de todo, lo mejor es que se pasa un gran rato con la familia, amigos y pareja y puede ser una buena opción para disfrutar cuando sea posible retormar los viajes.
*Encuesta realizada entre el 1 de febrero y el 1 de marzo de 2020 a 50% mujeres y 50% hombres entre 22 y 55 años de todo México.