Dom Pérignon 2010 es el resultado de la resonancia de esas uvas Pinot Noir en las Chardonnay, que habían vivido un proceso de maduración completo. Ricas y concentradas, habrían de revelarse las mejores en tres décadas; una vez ensambladas, arrojarían un equilibrio armonioso tanto en estructura, como en textura, un diálogo en total unísono. Dom Pérignon se había mostrado a la altura del reto de los elementos con una cosecha literalmente “salvada de las aguas”, honrando su legado de reinventar su trabajo con cada nueva añada.
Tras casi una década de envejecimiento, Dom Pérignon 2010 encarna el ideal estético de la casa, sus valores sensoriales: precisión, intensidad, tacto, mineralidad, complejidad y completud. En nariz, destaca la sensación de dulzor de la fruta tropical: mango verde, melón, piña; después, notas más moderadas: el cosquilleo de la cáscara de naranja, la suave presencia de la mandarina; tras respirar, una sensación táctil de peonía, jazmín y lilas. En boca, impone rápidamente su carácter pleno, rico e intenso: domina la fuerza de la savia; después se intensifica, con notas vibrantes de especias y pimienta, y un final salino.
El consumidor podrá descubrir la nueva añada de Dom Pérignon en las tiendas de La Europea, Alianza, City Market, Costco, Vinoteca.
El tiempo es uno de los ingredientes clave de Dom Pérignon, que entiende el ideal no como algo a ser contemplado sino como algo por lo que se trabaja. El triunfo del ingenio humano y la resiliencia, pero también de la armonía como fuente de inspiración, que constituye Dom Pérignon 2010 exigió de fuerzas actuantes para llevar el proceso creativo a su culminación exitosa. Su poder es el de la creación.