El orgullo y la diversidad no se reducen a una fecha en el calendario. Son principios que invitan a reflexionar de forma continua sobre la autenticidad, el respeto y el derecho de cada persona a ser valorada y cuidada por quien es.

Esta reflexión también puede nacer en los espacios más cotidianos. La piel, como puente entre lo que se siente y lo que se muestra al mundo, refleja una amplia gama de realidades. Entender su diversidad es un paso necesario para fomentar una cultura más empática e incluyente.

Así como no hay una única forma de ser, tampoco hay una única forma de tener piel. Secas, mixtas, sensibles, maduras, claras, oscuras… todas expresan identidades únicas y merecen el mismo nivel de atención y cuidado. Reconocer esta pluralidad es reconocer también la belleza que habita en la diferencia.

“La piel es un espejo de quiénes somos, de lo que sentimos y de cómo habitamos el mundo. Este mes nos recuerda que la belleza está en las diferencias, y que cuidar la piel también es una forma de respetar la historia de cada persona” comparte José Miguel Migoya, Director de Marketing de NIVEA. 

Una piel para cada historia: ¿cómo reconocerla y cuidarla? 

Las pieles son tan distintas como las personas. Entender sus necesidades es clave para ofrecer un cuidado realmente inclusivo: 

·       Piel seca: Tiende a sentirse áspera o escamosa. Necesita hidratación profunda y fórmulas que refuercen la barrera cutánea. Ingredientes como el pantenol o la glicerina ayudan a restaurar la humedad natural. 

·       Piel grasa: Produce un exceso de sebo, especialmente en la zona T del rostro. Suele presentar brillo y tendencia al acné. Requiere texturas ligeras y una limpieza equilibrada que no elimine sus aceites naturales. 

·       Piel mixta: Combina zonas secas y zonas grasas. El reto está en encontrar productos que hidraten sin sobrecargar.

·       Piel sensible: Reacciona fácilmente al clima, el estrés o ciertos productos. Necesita fórmulas suaves, sin fragancia, que calmen y protejan. 

·       Piel madura: Pierde firmeza y elasticidad con el tiempo. Es más propensa a la resequedad y a mostrar signos de edad. Aquí el enfoque está en la regeneración celular y la nutrición intensiva, con activos como el Q10, el ácido hialurónico y el thiamidol.

·       Piel con tonos oscuros: Aunque todas las pieles producen melanina, las más oscuras tienden a ser más propensas a la hiperpigmentación o a cicatrizar con más lentitud. Requieren protección solar diaria y fórmulas que unifiquen el tono sin aclarar su esencia.

·       Piel con tonos claros: Suele ser más fina y sensible a la exposición solar, con mayor riesgo de enrojecimiento o quemaduras. Es fundamental protegerla del sol incluso en días nublados y optar por productos que calmen y refuercen su barrera natural. 

Esta evolución en el entendimiento de la piel ha traído consigo un cambio más profundo en la industria: el reconocimiento de que la diversidad no se limita al exterior. Hoy, las empresas comienzan a reflejar esa pluralidad también en su interior, replanteando cómo se representan, se escuchan y se integran las distintas voces dentro de sus equipos. Es un proceso que va desde la equidad de género en los liderazgos, hasta espacios seguros para identidades diversas y la colaboración entre generaciones. Al final, entender la piel también es entender a las personas en toda su complejidad. 

Cada piel cuenta una historia y cuidarla va más allá de lo estético: es una forma de autoaceptación. Este junio, más que lanzar un mensaje de temporada, NIVEA invita a mirar más allá de la superficie: a celebrar la autenticidad, a visibilizar la diversidad y a reconocer que, en un mundo con tantos tipos de piel como formas de amar y de ser, el respeto y el cuidado no deberían tener condiciones. 

Porque toda piel merece ser cuidada y toda persona merece ser celebrada.

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