Reuniendo la poesía cinematográfica y la artesanía, Roger Vivier presenta La Rose Vivier, la campaña Otoño-Invierno 2025-26 concebida como una película por el Director Creativo Gherardo Felloni y protagonizada por la galardonada actriz francesa Eva Green. Ambientada en el silencio solemne de un palacio parisino, subrayando la conexión de la Maison con la capital francesa, la película comienza con Green de pie frente a un lienzo de rosas. Con los elegantes slingbacks Virgule de la temporada, contempla las flores pintadas, antes de deslizarse, como absorbida, en su mundo.
Eva Green, quien anteriormente protagonizó la campaña del ícono Vivier Express II como figura central, aporta una peculiar fusión de magnetismo y sofisticación, cualidades que Gherardo Felloni percibe como algo más allá de lo estético, intrínsecas al espíritu de Roger Vivier. Para él, Green es una elección natural; su presencia y elegancia innata encarnan a la perfección el carácter que imaginó.
Cortesía. Roger Vivier
La rosa ha sido un detalle decorativo recurrente en las creaciones de Monsieur Vivier, desde su colaboración con la modista Suzanne Rémy en 1943, hasta su trabajo con Dior en la década de 1950. Dentro del pasaje onírico de Eva, la rosa, reinterpretada con un giro contemporáneo por Gherardo Felloni, se convierte en algo más que un ornamento: estructura la forma de la colección. Green se encuentra y aparece luciendo sandalias y pumps cuyo tacón de aguja, el Talon Épine de archivo rediseñado, está adornado con una espina, afilada y precisa contra los suaves pétalos de satén de seda en la punta de los zapatos.
Las bailarinas Rose florecen discretamente en la puntera, mientras que el clutch Rose de seda se despliega como una flor sorprendida a medio abrir, esculpida en tela. El recorrido de Eva está marcado por los íconos de la Maison, transformados a su vez. El Belle Vivier regresa en un impactante pony calfskin con estampado de leopardo, un patrón rescatado de los archivos e infundido con el ingenio de Felloni para el contraste. A su lado, el bolso Belle Vivier se renueva en leopardo y en tonos clásicos, mientras que el Viv’ Choc, que Green sostiene desde la primera escena, ofrece un contrapunto más agudo y arquitectónico a las curvas orgánicas de la rosa.
La película sigue la desaparición de Green en este paisaje imaginado, mientras un guardia busca en vano en las galerías desiertas. Ausencia y presencia, fantasía y realidad, herencia e invención, todo queda en suspensión. La Rose Vivier no es una narrativa simple sino una meditación, donde el cine y la moda se entrelazan, donde Eva Green se convierte a la vez en testigo y aparición, y donde la rosa florece como un puente entre el pasado escultórico de Vivier y su futuro imaginativo.
Cortesía. Roger Vivier