Por Alejandro Rubino, Sr Business Development Manager, Motorola Solutions para América Latina
América Latina es una de las regiones del planeta más ricas en diversidad biológica. Alberga el 40% de la biodiversidad mundial y tres de los cinco principales países con mayor cantidad de aves, anfibios, mamíferos, reptiles, peces y plantas. Tanta riqueza en diversidad trae consigo la responsabilidad de buscar mecanismos de protección; desde conciencia de cuidado en nuestras comunidades, hasta adoptar tecnología de punta que permita a las entidades responsables del cuidado, hacer su trabajo de una manera más efectiva.
En este contexto, la integración de tecnologías desempeña un papel crucial en la creación de estrategias eficaces para proteger nuestra diversa fauna y flora y crear un verdadero ecosistema tecnológico que ayude a proteger nuestro ecosistema natural.
La mayoría de bosques naturales en la región se caracterizan por su vasta extensión y por ubicarse en zonas alejadas, la mayoría de veces en la periferia de nuestros países. Por estas características su cuidado requiere de una colaboración y trabajo en conjunto con las fuerzas de seguridad pública y emergencias de los países y hace imperativa una buena comunicación entre los guardabosques y estas agencias ya que cualquier interferencia en la comunicación o la integridad de los mensajes (sobre lo que se comunica) puede provocar graves fallos en la detección y respuesta ante una emergencia o amenaza. En este sentido, conviene analizar tecnologías de radiocomunicación que permitan una comunicación clara, integral y segura en tiempo real entre los distintos actores, apoyándose los radios de alta frecuencia (HF) y muy alta frecuencia (VHF), que permiten amplificar el alcance y cobertura, son importar qué tanta distancia haya entre ellos.
La protección de los recursos naturales requiere de un enfoque preventivo y contar con la tecnología adecuada para detectar actividades sospechosas y anticipar amenazas. Hoy en día podemos contar con una infinidad de tecnologías de video, centros de comando y control con IA, sistemas de alerta, sensores de movimiento, software de IA incorporados en las cámaras, drones, etc. Todo ello para que ya no sea necesario destinar personal a mantener la vista exclusivamente en las pantallas 24hx7x365 y liberar a estos profesionales para que desempeñen tareas estratégicas de cuidado y preservación de nuestros recursos. Y, además, porque la capacidad humana tiene sus límites y, cuando se trata de seguridad, cualquier detalle que no se identifique puede convertirse en un riesgo importante.
Las cámaras de largo alcance son también importantes aliadas de las autoridades a cargo de la protección de los recursos naturales, ya que están equipadas con capacidades de detección precisas haciendo posible identificar anomalías a una distancia de hasta 30 kilómetros, ampliando así el perímetro de seguridad y favoreciendo la agilidad y precisión en las respuestas. Estos dispositivos son también térmicos, diseñados para proporcionar una visibilidad nítida en entornos complejos y extremos, principalmente en infraestructuras militares, aeronáuticas, marítimas y críticas.
El conocimiento de la situación tiene como objetivo aumentar las posibilidades de éxito en las operaciones de protección y respuesta en caso de emergencia, por lo que es importante que haya visibilidad y que todo esté centralizado a través de un centro de comando equipado con software y recursos de análisis que permitan a los equipos obtener la información que necesitan para tomar decisiones. Estas tecnologías también benefician a las fuerzas de seguridad en su rol de proteger zonas remotas y de difícil acceso, como zonas rurales, fluviales y forestales, de otro tipo de amenazas como actividades ilícitas.
Por su parte, el control de acceso también es un componente esencial de la protección de los recursos naturales, especialmente en puntos de entrada como puertos y aeropuertos. Las tecnologías de identificación por radiofrecuencia (RFID) para cámaras corporales y de detección de armas ocultas desempeñan un papel importante en el seguimiento en tiempo real de bienes, vehículos e incluso personas. Esta herramienta ayuda a agilizar los procesos de inspección, identificación y autenticación con mucha mayor precisión, manteniendo un alto nivel de seguridad.
El análisis de datos es otro recurso fundamental. Pues con la información correcta y precisa, es más fácil maximizar la inteligencia de los agentes de seguridad. Los recursos avanzados de análisis de datos permiten a las autoridades identificar patrones, tendencias y comportamientos inusuales que podrían indicar acciones delictivas. El análisis predictivo también puede utilizarse para anticipar posibles amenazas, lo que permite actuar con antelación.
En incidentes de alta gravedad, como incendios forestales en regiones con alta biodiversidad, la capacidad de respuesta rápida es crucial. Los recursos de alertas y notificaciones en tiempo real, que pueden compartirse entre diversos dispositivos y entre autoridades de distintas agencias, permiten una comunicación rápida y eficaz. Esto ayuda a coordinar las operaciones de forma más eficiente y a desplegar los recursos y agentes estratégicamente, minimizando los daños.
La protección de los recursos naturales es un desafío complejo y con retos cada vez mayores lo cual requiere la colaboración entre la sociedad, organismos de protección de medio ambiente y agencias de seguridad pública, defensa y emergencias. Las tecnologías tienen mucho que aportar para estos desafíos y contribuir para que nuestros recursos naturales y diversidad estén protegidos.