El de 2021 será un verano inolvidable: uno que siempre recordaremos como aquel en que, tras meses de dificultades, volvimos a salir, a compartir, a gozar. Tenemos ganas de sol y de aire fresco. Tenemos ganas de playa o de alberca. O, si permanecemos en la ciudad, de terraza o de azotea. Tenemos ganas de reencontrarnos con los amigos, por supuesto, siempre con las precauciones necesarias. Necesitamos algo que nos refresque y nos recuerde lo importante que es disfrutar la vida. Para eso está Ice Impérial, la etiqueta disruptiva y espontánea de Moët & Chandon a la solo tienes que agregar hielo para maximizar su frescura.
Si fuera posible atrapar los sabores del verano, vendrían en una botella blanca de Moët & Chandon Ice Impérial, la etiqueta que mejor expresa el talante contemporáneo de la maison. Es gracias a nuestros siglos de tradición que nos atrevemos a ser orondamente vanguardistas, a hacer nuestra la evolución del gusto y de los estilos de vida sin dejar de honrar nuestro legado.
Ice Impérial nace en 2011 como un champagne cuya concentración y mezcla de varietales lo hacen ideal para ser disfrutado con hielo en copa de vino blanco, costumbre que se remonta a los años 60, cuando comenzara a degustarse así en Saint Tropez y otras playas de la Costa Azul francesa, en un afán de combatir el calor estival pero también de imprimirle un espíritu irreverente, relajado y divertido: no en balde esa manera de beberlo es conocida a la fecha como champagne à la piscine, término que evidencia su asociación natural con el sol, el mar, la fiesta y la vacación.
Hasta la introducción de Ice Impérial, los puristas palidecían ante la idea de añadir hielo al champagne. Con su vocación de vanguardia, Moët & Chandon encontró la manera de satisfacer los anhelos de quienes soñaban con un champagne que pudiera ser disfrutado de esa manera vivificante y disruptiva sin verse diluido.