Investigadores encuentran una mayor resistencia a la exposición a los rayos UVB en mujeres saludables con tipos de piel II, III o IV según la escala de Fitzpatrick, después de tres meses de consumo diario de almendras.

Las elecciones dietéticas saludables contribuyen de manera importante a la salud de la piel. De hecho, científicos han comenzado a investigar cómo la elección de los alimentos podría influir en la protección intrínseca de la piel contra el daño por la exposición solar, conocido como fotodaño. Evitar la exposición prolongada al sol, usar ropa protectora y aplicarse bloqueador solar tópico son estrategias clave para proteger contra el fotodaño, aunque las investigaciones sugieren que la dieta puede desempeñar un papel clave. Un nuevo y prometedor estudio[i]  publicado en el Journal of Cosmetic Dermatology, y financiado por el Almond Board of California, arrojó la primera evidencia clínica de que consumir almendras puede ayudar a proteger la resistencia de la piel a la luz UVB.

Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) investigaron si el consumo diario de almendras podría incrementar la resistencia a la luz UVB (la principal fuente de daño dermatológico por exposición solar) y mejorar la textura de diferentes tipos de piel. Las participantes del estudio eran mujeres asiáticas de entre 18 y 45 años, con tipos de piel que iban desde “se quema y no se broncea fácilmente” hasta “se quema un poco y se broncea fácilmente”, clasificados técnicamente como tipos de piel II, III o IV según la escala de Fitzpatrick. Se asignó aleatoriamente a las mujeres para que comieran 42 gramos (246 calorías) de almendras o 51 gramos (200 calorías) de pretzels diariamente durante 12 semanas. Se analizaron datos de 29 participantes una vez finalizado el estudio.

Se midió la resistencia a los rayos UVB mediante la cuantificación de una dosis eritematosa mínima (DEM) para cada participante al inicio y al final del estudio. DEM es la dosis más baja de luz UVB necesaria para causar enrojecimiento leve o eritema en un área específica de la piel. (En este caso, se eligió la piel del área interior del brazo porque tiene poca exposición al sol). El eritema es el primer indicio de los efectos de UVB, por lo que un mayor DEM indica mejor protección contra (o resistencia a) la exposición UVB.

Al inicio del estudio, no hubo diferencias en el DEM entre grupos. Después de la intervención de 12 semanas, hubo un aumento tanto en DEM (~20%) como en tiempo de exposición para alcanzar eritema mínimo en mujeres del grupo que comió almendras en comparación con el grupo que comió pretzels. No se observaron cambios estadísticamente significativos en DEM ni en el tiempo de exposición en el grupo que comió pretzels.

“A nuestro equipo le interesa saber si ciertos alimentos pueden ayudar a mantener una piel sana y fortalecer desde dentro las defensas naturales de la misma. Este estudio fortalece la evidencia de que las opciones alimenticias pueden tener un impacto significativo en la salud dermatológica”, dijo el investigador principal Dr. Zhaoping Li, Catedrático de Medicina y Jefe de División de Nutrición Clínica de la Universidad de California en Los Ángeles. “Este estudio en particular mostró que un snack diario de almendras (aproximadamente 42 gramos) durante un periodo de 12 semanas mejoró la DEM—una medida de resistencia a la luz UVB–en mujeres jóvenes con tipos de piel II, III o IV según la escala de Fitzpatrick, en alrededor del 20%. Los resultados sugieren que incluir almendras en la dieta puede apoyar las defensas internas de la piel contra la luz UVB”.

Los resultados secundarios investigados en el estudio incluyeron medidas de textura, sebo e hidratación de la piel evaluadas por dermatólogos. No se observaron diferencias significativas en estas medidas con el paso del tiempo ni entre los grupos.

Entre las limitantes del estudio se encontraron una población más pequeña que la planeada debido a la exclusión de las participantes que eran resistentes a la luz UVB a una dosis y tiempo de exposición específicos. Este estudio no investigó el efecto de la exposición a la luz solar en general ni exposición a luz UVA; los hallazgos se limitan a protección contra radiación UVB. Este estudio también se enfocó en una población más joven. Se necesitan más investigaciones para conocer los efectos que tiene el consumo de almendras en sujetos de más edad con piel con fotoenvejecimiento de moderado a severo y para otros tipos de piel/etnicidades.

Este estudio se suma a otras investigaciones recientes sobre el papel potencial que tienen las almendras en la salud dermatológica. Un estudio2 piloto realizado en 2019 investigó el impacto que tiene el consumo diario de almendras en las arrugas entre 28 mujeres saludables postmenopáusicas con tipos de piel 1 y 2 según la escala de Fitzpatrick (tipo 1: siempre se quema, nunca se broncea; tipo 2: por lo general se quema, se bronca mínimamente). Las almendras fueron proporcionadas en un 20% de la ingesta diaria total de calorías para el grupo de intervención (340 calorías al día en promedio), aproximadamente 60 g de almendras y el grupo de control comió un snack sin nueces que representó el 20% de calorías diarias. Después de 24 semanas, el análisis de imágenes fotográficas mostró medidas reducidas de gravedad de las arrugas (16%) e intensidad del pigmento de la piel (20%) para el grupo de almendras frente al grupo control.

Las almendras aportan fibra (3.5 g / porción de 30g) y 15 nutrientes indispensables incluyendo (por 100g / porción de 30g): magnesio (270 / 81 mg), potasio (733 / 220 mg) y vitamina E (25.6 / 7.7 mg).

Estudio de un vistazo:

El estudio

  • Este estudio investigó si el consumo de almendras puede incrementar la resistencia a la luz UVB y reducir el envejecimiento de la piel en mujeres saludables asiáticas americanas. Las participantes (n=29, entre 18 y 45 años) fueron mujeres con piel tipo II, III o IV según la escala Fitzpatrick, y consumieron ya fuera almendras (42 gramos, 246 calorías) o un snack con el mismo contenido calórico (51 gramos de pretzels, 200 calorías).
  • Al inicio del estudio, se evaluaron diversas características de las participantes, incluyendo peso, altura, tipo de piel, características dermatológicas incluyendo melanina (pigmento), hidratación, sebo (grasa), eritema (enrojecimiento) y Escala de rugosidad de la piel de Allergan (una escala numérica que evalúa la rugosidad de la piel antes y después de tratamientos estéticos). Dichas características se midieron en las semanas 4, 8 y 12.
  • El principal resultado medido en el estudio fue la cuantificación de la dosis eritematosa mínima (DEM) de luz UVB capaz de inducir eritema (enrojecimiento) en la piel del área interior del brazo. Los resultados secundarios medidos fueron melanina, hidratación, sebo, eritema y rugosidad de Allergan en piel del rostro. Los investigadores establecieron la dosis más baja de UVB que indujo DEM en un estudio anterior. Los resultados de DEM en el área interior del brazo son una medida válida de salud dermatológica general; el área interior del brazo se usa porque por lo general no se expone al sol, por lo que se pueden medir cambios en fotodaño.
  • Dentro del grupo de almendras, hubo más participantes con tipo de piel IV según la escala Fitzpatrick, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa. Se ajustó la dosis y el tiempo de exposición a luz UVB según el tipo de piel.

 

Resultados

  • Para el grupo de almendras, hubo un aumento significativo en DEM y en el tiempo de exposición requeridos para inducir eritema en la última visita (12 semanas) en comparación con el inicio de la intervención (punto de referencia) (p=.006). Además, el incremento en DEM en el grupo que comió almendras fue estadísticamente diferente en comparación con el grupo que comió pretzels.
  • Para las mujeres que consumieron almendras, hubo un aumento en DEM de 415±64 a 487±59 (18.7±19.2 % , p+0.006) desde el punto de referencia hasta la semana 12 en comparación con las mujeres del grupo que comió pretzels de 415±67 a 421±67 (1.8±11.1%). El tiempo de exposición para tener eritema mínimo (enrojecimiento) también incrementó significativamente en el grupo que comió almendras de 160±23 a 187±25 (17.5±22.2%) en comparación con el grupo que comió pretzels de 165±27 a 166±25 (1.7±14%) (p=0.026).
  • En el punto de referencia, los grupos no presentaron diferentes significativas en DEM, lo que indicó que el cambió en DEM se debió a la intervención con almendras. Mayor DEM y exposición significa que una mayor dosis de luz UVB se requirió para inducir eritema (enrojecimiento) después de 12 semanas en comparación con el grupo que comió pretzels.
  • No hubo diferencias significativas entre los dos grupos en los niveles de eritema o rugosidad de la piel de Allergan según la evaluación de los dermatólogos.
  • No hubo diferencias significativas en índice de melanina, hidratación por sebo o eritema por lectura con cutómetro.
  • El mecanismo para la mejora en la resistencia a luz UV con la intervención de almendras todavía se desconoce. Los investigadores especulan que los nutrientes en las almendras (ácidos grasos mono y poliinsaturados, vitamina E, quercetina (un flavonoide) y otros compuestos fenólicos y polifenólicos, pueden mejorar la capacidad antioxidante y antiinflamatoria de la piel humana, lo que podría ser responsable por una mayor fotoprotección contra la luz UVB

Conclusión

Un snack diario de almendras (42 gramos) mejoró la resistencia a la luz UVB en mujeres saludables con tipos de piel II, III o IV según la escala de Fitzpatrick, que consumieron almendras durante 12 semanas. Los resultados sugieren que incluir almendras en la dieta puede apoyar las defensas internas de la piel contra la luz UVB.

 

 

[i] Li JN, Henning SM, Thames G, Bari O, Tran PT, Tseng C-H, Heber D, Kim J, Li Z.Almond Consumption Increased UVB Resistance in Healthy Asian Women. Journal of Cosmetic Dermatology. 2021;00: 1-6. https://doi. Org/10.1111/jocd.13946

2 Foolad N, Vaughn AR, Rybak I, Burney WA, Chodur GM, Newman JW, Steinberg FM, Sivamani RK. Prospective randomized controlled pilot study on the effects of almond consumption on skin lipids and wrinkles. Phytotherapy Research. 2019;1–6.

 

 

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