Tú, yo y una copa de Rioja. ¡Piénsalo! Ya sea para romancear en pareja o simplemente compartir con amigos, los vinos de la DOCa Rioja son la perfecta opción para hacer del Día de San Valentín un suceso inolvidable.

Diversos, versátiles y dotados de una excepcional calidad, los vinos de la DOCa Rioja, la primera denominación de origen calificada de España, permiten abrir boca y también acompañar entradas, platos fuertes y postres en el día del amor y la amistad. Es cierto, los espumosos son sinónimo de alegría, emoción y celebración, casi tanto como blancos, rosados, tintos jóvenes, Crianza, Reserva y Grand Reserva producidos en territorio riojano.

Como ningún otro color, el rosado transmite romanticismo. Tradicionalmente elaborados a partir de uvas tintas, Tempranillo, Garnacha, Graciano, Mazuelo y Maturana Tinta, o con la mezcla de varietales tintos y blancos, los vinos rosados de la DOCa Rioja se diferencian fácilmente por su estructura, fragancia, frutalidad. Literalmente, estos fermentados son capaces de seducir los sentidos con sus potentes notas de frutos rojos silvestres, de cerezas maduras y fresas confitadas, siempre acompañadas de delicados destellos florales. Sí, también son aliados indiscutibles de frutos rojos, crustáceos y moluscos de concha, ingredientes empleados desde la antigüedad para exaltar las pasiones.

Para celebrar la amistad, sin apasionamientos, blancos y tintos jóvenes son la alternativa recomendada. Los Garantía de Origen, vinos de primer o segundo año que conservan sus características sensoriales más primarias y una de las cuatro categorías bajo las cuales el Consejo Regulador de la DOCa Rioja reconoce a los vinos que han superado sus controles de calidad y tipicidad, ofrecen versatilidad de maridaje y la mejor relación precio-calidad. ¡Sí!, se trata etiquetas que nunca fallan como aperitivo, que acompañan bocadillos ligeros o que le ponen sazón a una buena charla entre amigos.

Las veladas más especiales, en las que ternura, pasión e incluso deseo son requisito, merecen vinos extraordinarios. Los tintos Crianza se adecúan a cualquier momento, situación y menú gracias a su marcada frutalidad y deliciosos matices de especias y tostados, resultado de su breve paso por barrica. Recuerde que, “una cita bajo las estrellas nunca estará completa sin una botella de Rioja Crianza”.

En la cúspide del romanticismo se puede ubicar a los vinos Reserva y Gran Reserva de la DOCa Rioja, joyas líquidas reservadas para encuentros únicos. La madurez y elegancia de los tintos Reserva, con una crianza mínima de 12 meses en barrica y un envejecimiento de al menos 6 meses en botella, los convierte en el pretexto perfecto para celebrar al compás de salsas intensas, estofados y carnes rostizadas, guisos con buena proporción de especias y hasta chocolates semi amargos.

Ahora que, si la celebración de San Valentín viene acompañada de una declaración de amor, la respuesta habita en dos palabras: Gran Reserva. La complejidad, estructura y delicioso perfil de frutos rojos maduros, especias cálidas y maderas finas que caracteriza a los tintos Gran Reserva de la DOCa Rioja, resultado de un meticuloso proceso de crianza (mínimo 24 meses en barrica de roble y al menos 36 meses de envejecimiento en botella), darán a ese “¡Sí, acepto!” el mejor sabor de boca.

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